Doña Blanca Lilia Clavijo, una mujer de 68 años, nacida en la Calera Cundinamarca, viuda ya hace 9, quien habita en el Barrio Santa Bárbara ya hace 40 años y quien vive con Su hija Angélica y sus nietos Johan Steven y Yara Yissell, recuerda con Nostalgia y Alegría que fueron sus Abuelos quienes le enseñaron a tejer; hace reminiscencia que desde pequeña recogía retazos para hacerse sus propias faldas, que utilizaba las camisas viejas de su Abuelo para realizar blusas y chalecos; que en su época de estudio fueron las monjas quienes perfeccionaron lo que ya le habían enseñado, que con casi todo material se podían hacer cosas muy bonitas, y que si no hubiese sido por esos regaños y largas horas de clase no hubiese podido salir adelante.
Recuerda también que al llegar al Barrio Santa Bárbara se reunía con sus vecinas a dialogar y mostrar lo que con sus manos había realizado, que sus manualidades poco a poco fueron conocidas por casi todas las personas del barrio, que muchas de ellas le encargaban adornos navideños, collares, y varios tipos de tejidos.
Gracias a todos estos trabajos pudo ayudar a su esposo con las necesidades de su hogar y después de haber padecido una grave enfermedad que las postro en una cama durante mucho tiempo y que le impedía casi moverse, hoy en día le da gracias a Dios por permitirle estar viva, por poder volver a caminar y por poder volver a realizar lo que más le gusta, tejer, es por ello que Doña Blanca Lilia Clavijo hasta el día de hoy sigue realizando sus manualidades y se siente muy orgullosa de todos sus trabajos, es motivo de Alegría para ella el haber pasado momentos difíciles y haberlos superado gracias a Dios, hoy se siente tranquila y contenta de todo lo que sus manos han elaborado.